Por: Aldo Toxqui Montiel
Aportar
lo que sabes y estar abierto a aprender de los que saben, eso es la escuela en
general. Corregir a un compañero, o hacerle ver su error, son parte del proceso
mencionado. El problema comienza cuando nos contextualizamos en una clase tan
subjetiva como lo es Redacción, más si el enfoque de la misma radica en la
literatura.
Si
bien no hablo sobre un grave problema editorial, traigo a este sitio un
inconveniente mayor, al menos en mi perspectiva: la transgresión a la propiedad
intelectual y manejo de ideas hacia Diego Guerrero. En rutina laboral durante
el espacio escolar de la clase, él nos presentó su trabajo sobre la opinión
personal que maneja, referida a la propuesta ideológica que pudo observar
acerca de nuestra última lectura.
Al
analizar grupalmente, no sólo la presión grupal motivó a Diego a hacer
distintos cambios a su trabajo, desde cambiar párrafos enteros hasta eliminar
la idea central que nos quería exponer. No se trata de la ayuda que le ofrecían
al criticar su redacción, secuencia narrativa o forma de emplear el modelo MLA
(razón principal del trabajo), sino de la molestia en la que el grupo entero se
enfrascó por pensar que su trabajo era un caso perdido.
La
idea central de Diego quedó perdida entre las distintas aportaciones subjetivas
que todos querían hacer, pero quedó terminado. Si éste nuevo ensayo fuera
otorgado a nuestras secciones compañeras o a distintos profesores, todos
seguirían cambiando más hasta que sea, al menos individualmente, óptimo o
adecuado.
Esto
es en esencia lo que sucede con el malestar en el mundo de la edición. Aquí no
hay de por medio un grupo de marketing que quiere hacer que se venda el ensayo
de Diego, tampoco un autor vendiendo su libro y mucho menos un corporativo
ansioso de explotar el escrito, como menciona Willie Scavelzon:
Esta presión se ejerce desde todas partes. Desde arriba, por
los accionistas, para obtener mayor rentabilidad (más ventas y menos gastos).
Desde los costados por los agentes comerciales, que aunque no lean, parecieran
saberlo todo sobre qué hay que publicar y qué no, y desde abajo (la ubicación
es sólo un esquema) por los lectores. Pero no por los lectores de toda la vida,
que siguen comprando libros cuando les interesan. La presión sobre el editor
viene de los lectores que
no conoce ni llegará nunca a conocer, esa gran masa de compradores
ocasionales que, cuando se moviliza, cambia el resultado económico de todo el
año. (Schavelzon, 2015)
Sólo me hace
falta recalcar cómo todos tienen esa ambición, quizás aplaudible, que aunque no
lean, parece que saben lo que se debe y no publicar.
Así, quizás
Diego tiene toda la culpa, ya que “[…][l]os editores a veces no llegan a
comprender la inestabilidad de su profesión, es un trabajo turbulento que
requiere abundantes dosis de adaptación, improvisación y flexibilidad.” (Schavelzon,
2015) ,
sobre todo flexibilidad para poder tener contento al salón.
Quizás
hace falta aclararle al grupo que deben mantener sus aportaciones al margen de
lo que la clase exige, de lo que está siendo evaluado, al menos en este caso,
pues también hace falta aclararle al grupo que la forma de narrar varía en
gustos; no obstante Diego no manejó a gusto de todos lo que él quería decir,
pero sí era entendible. Así como todos estos ensayos que subimos al blog.
Bibliografía
Schavelzon, W. (26 de Enero de 2015). EL BLOG DE
GUILLERMO SCHAVELZON. Recuperado el 15 de Febrero de 2017, de EL BLOG DE
GUILLERMO SCHAVELZON:
https://elblogdeguillermoschavelzon.wordpress.com/2015/01/26/malestar-en-el-mundo-de-la-edicion-el-editor-el-autor/
Me impresiono mucho el tema que elegiste para tu ensayo, sin embargo aun falta que trabajes en la relación de tus ideas.
ResponderEliminarSigue adelante, Aldo.
Viva Diego.
ResponderEliminarQué tema tan singular.
Me parece arriesgado hablar de este tema, sin embargo, bastante atinado que lo hayas elegido. Bien hecho, Aldo
ResponderEliminarCoincido en algunos aspectos y considero que es muy buena la propuesta a desarrollar.
ResponderEliminarAldo, celebro que hayas traído a cuenta este tema, y sobre todo señalar el aspecto subjetivo en la redacción, o como bien refieres, en la corrección; estoy de acuerdo contigo; sin embargo, cuando comunicamos algo por escrito, el texto debe ser preciso, coherente y conciso, he ahí la dificultad a la que nos enfrentamos cuando redactamos; algunos podemos decir " lo que quiero explicar es...", " lo que quiero decir es..." pero en el texto no lo dice. Reitero mi congratulación por el tema que abordas, pero sobre todo, la posibilidad que nos damos para expresar la crítica desde este Ethos que nos hace ser universitarios. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarP.D. Antes de olvidarlo, encontré en tu texto algunos errores ortográficos.
Saludos cordiales.
Me agrado el tema Aldo; me parece que tienes algunas ideas acertadas, saludos y checa tu ortografía.
ResponderEliminarEs un tema muy bueno, tienes ideas super creativas solo cuida mucho tu redacción.
ResponderEliminarHola Aldo, tu ensayo me llamó mucho la atención, pues es distinto a todo lo publicado en este blog. Tu punto de vista, el cual es muy subjetivo, se me hace muy interesante.
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