domingo, 30 de abril de 2017

La prensa y sátira en México.

Por: Paola Viridiana Xicotencatl

Una de las actitudes características de los mexicanos es la sátira desde hace décadas. Pretendo enfocarme en la política y los hechos sociales de la época, verlos como antecedentes de una nueva ola de escritores, periodistas, caricaturistas y miembros de la prensa que se dedicaba a ese trabajo.

     La caricatura ha existido desde el siglo XVIII parodiando a figuras como Napoleón y criticando sus planes, todo eso desde la lejana Europa donde se presentaba ese tipo de periodismo. En México, se tiene como antecedentes la parodias y caricaturas que se le dedicaban a Antonio Lopéz de Santa Anna y humillándolo en todas las metidas de pata, además de recordarle a la población, bueno, a la selecta población que sabía leer y le era posible acceder a esos periódicos, estaba interesada en la vida política o entendía el contexto de lo que trataban esas caricaturas. 

     La prensa tiene como vanguardia a periódicos como El Hijo del Ahuizotle y que llega hasta nuestros días en forma de la revista El Chamucho y los hijos del Averno, pero a diferencia de estos últimos, los periódicos contemporáneos a los Hijos del Ahuizotle sufrieron el régimen represorio de Profirio Díaz pero que aún así sintetisaba problemas políticos como la entrevista de Díaz sobre ceder la presidencia del país.

     Se puede criticar pero no subestimar, tenerla en cuenta, como una fuente principal. Se convirtieron en símbolos opositores y revolucionarios, inclusive su espíritu se encuentra y se debería de apostar por moverse a espacios más libres y que no se necesite de un editor, donde los valientes reporteros que escriban lo hagan con su propio presupuesto; mover esfuerzo al internet no suena una mala opción, un lugar donde hay espacio libre de crítica, donde tienen el anonimato y siendo realistas; donde no se necesita capital para iniciar y se puede lograr con mínima inversión seguir manteniendo los esfuerzos.

     La sátira puede evolucionar, no sólo moverse, inclusive mezclada en noticieros donde aprovechen el discurso posmoderno de burlarse de uno mismo, con sinismo pero también una crítica inteligente y en retrospectiva, siendo más real pero no tomar lo malo con pesimismo, sino con una iniciativa de acción.

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